jueves, 14 de abril de 2011

Si no lo digo reviento.

He intentando llevar el tiempo de las cosas, pretendía que todo pasara como yo quería, pero realmente no me daba cuenta de que eso era imposible, vivía con una venda en los ojos, ajeno a todo lo que me rodeaba, sin saber que lo de verdad importaba eran los pequeños detalles, esos pequeños gestos a los que no he dado importancia, he vivido pensando que todo era como yo quería, pero de pronto abres los ojos y descubres que nada es así, que las cosas pasan porque han de pasar, y por mucho que quieras, por mucho que te esfuerces, no puedes hacer nada por evitarlo y mucho menos por saber por qué es así, la gente no quiere dar explicaciones, no quiere hablar sobre lo que hace, simplemente se hace y punto. Hay quien dice que para saber o para que todo se arregle has de esperar, porque el tiempo pone las cosas en orden, mientras que otros me dicen que no puedo permitir que sea el tiempo el que decida, que soy yo el que debe interceder y actuar, pero he estado creyendo esto y no ha surgido mucho efecto. Entonces ¿Qué hago? Mi paciencia se agota y también mis ideas, no voy a ser capaz de dar más tiempo al tiempo y esperar que a ver cómo acaba todo, pero tampoco voy a poder hacer nada para remediar esto, ya no sé qué puedo hacer, pero sí creo saber lo que haré: levantaré la cabeza y miraré hacia otro lado, seguir como si nada, pensar como si nada, eso se me da muy bien.

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