lunes, 23 de mayo de 2011

Tu contrasorpresa.

Porque 30 motivos son pocos voy a emplear más y más tiempo en que esa lista aumente.

Me gustan mucho los sitios cerrados, los sitios pequeños, aunque yo prefiero llamarlos íntimos, acogedores, donde puedes hacer lo que quieras, como y cuando quieras, sin tener que dar explicaciones a nadie, sin tener que soportar mirada alguna o reproches de cualquier tipo, y en ti he encontrado el mejor sitio de todos, y eso que siempre se me ha antojado como una idea descabellada... ¿Yo? ¿Cambiar todo lo que pienso, todo lo que he dicho e irme a vivir a un corazón ajeno? Pero esta decisión ha sido la mejor que haya podido tener en toda la vida, lo tengo decidido, aquí me quedo, hasta el fin de los días, para siempre, por eso prometo pagar el alquiler y, además, con creces, pero habrás de perdonarme, pues besos, caricias y sobre todo amor (mucho amor) son mis únicas monedas. Así que hasta que no decidas que mi estancia en ti ha terminado no pienso mancharme. Tampoco tienes por qué ordenar nada, no tienes que hacer ningún esfuerzo, simplemente dejarte llevar, solamente ser tu misma... Eso sí, lo innecesario hay que tirarlo, la basura, los enfados, agobios... Necesito mucho sitio, para así poder dormir en cualquier lado. Y lo que también necesito es permiso para pisar cualquier lugar, necesito además que me des las llaves de todas tus puertas, de todas las habitaciones, quiero descubrir tus secretos, y en especial tus pensamientos, porque me muero por saber qué pasa por tu cabecita a cada momento. Pero no porque ese sea un lugar muy importante voy a dejar los demás, voy a entrar a todas las habitaciones, sin dejarme ni una por pisar, puedo ayudarte a limpiar el polvo si quieres, a arreglarlo todo un poco, pero ya sabes, a mí no me importa el orden mientras sea el que tu quieres, y más aún si así te sientes bien. ¡Ah! Se me olvidaba... Otra habitación que me interesa mucho es la de tus miedos, donde están escondidas y guardadas todas esas cosas a las que temes, ahí también pasaré muchísimo tiempo, para acabar con todos y cada uno de ellos, para hacerte más fuerte si cabe, para que nos comamos el mundo juntos, por eso estaré casi tanto tiempo como en tu ombligo o en tu cuello, que como ya sabes, cuna y fuente de mi locura han sido, son y serán.


Y bajaré a decirle al diablo que como te toque un pelo le parto el espinazo, pa' que sepas que siempre estaré cerca, que aunque tú no me veas estaré siempre a tu vera, siempre a tu vera.

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